En el dinámico mundo de los negocios, la delegación de responsabilidades es fundamental para la eficiencia y el crecimiento empresarial. Una herramienta crucial en este proceso es el contrato de preposición, que establece los términos y condiciones para la administración de un establecimiento comercial, esta es una figura legal clave regulada por el Código de Comercio, pero poco conocida en el ámbito empresarial, por lo que, resulta interesante explorar sus fundamentos, alcances y repercusiones en materia mercantil.
El contrato de preposición
Es una figura jurídica consagrada en el artículo 1332 del Código de Comercio, que define la preposición, o mandato de factor, cómo una forma de mandato cuyo propósito es la administración de un establecimiento de comercio o parte de su actividad.
Bajo este mandato, el designado, denominado factor, asume la responsabilidad de gestionar los asuntos comerciales en nombre del preponente.
Factor
Es decir, se otorga a una persona, denominada factor, la autoridad para administrar un establecimiento de comercio en nombre del propietario y por medio de este contrato se establecen los términos y condiciones de esta relación comercial; en el cual se incluyen las facultades y limitaciones del factor, la identificación del establecimiento y los procedimientos de inscripción y modificación en el registro mercantil.
Entre algunas otras disposiciones contenidas en la norma y de acuerdo con el artículo 1333 del Código de Comercio para garantizar su validez y sea oponible ante terceros, el contrato, es un deber la inscripción de la preposición en el registro mercantil. Así mismo, cualquier revocación del mandato debe ser inscrita para tener efectos legales.
Sin embargo, este mismo artículo establece que los terceros podrán acreditar su existencia por todos los medios de prueba. Esta disposición busca asegurar la transparencia y la protección de los intereses de todas las partes involucradas.
Los criterios para ser factor, se encuentran contenidos en el artículo 1334 del Código de Comercio, y respecto a quienes pueden ostentar esta calidad.
Nos define la norma que el cargo de factor podrá ser desempeñado por menores que hayan cumplido la edad de diez y ocho años, como también los quebrados no sancionados penalmente, aun antes de obtenida su rehabilitación judicial, sin embargo, recordemos que respecto a los no quebrados estos artículos fueron derogados mediante el artículo 242 de la ley 222 de 1995.
Facultades y Deberes de los Factores
Los factores tienen la autoridad para ejecutar actos relacionados con el giro ordinario de los negocios del establecimiento que administran, siempre que no se limite expresamente por el preponente. Además, deben obrar siempre en nombre del preponente y dentro de los límites de sus facultades, aun cuando violen instrucciones recibidas, lo anterior de acuerdo con los artículos 1335 y 1336 del código civil.
El artículo 1337 aclara las circunstancias en las cuales los factores, incluso actuando en su propio nombre, obligan al preponente. Esta disposición busca proteger los intereses del preponente cuando el resultado del negocio beneficia directamente al mismo. Por otro lado, el artículo 1338 establece que los factores tienen la responsabilidad de cumplir con las obligaciones fiscales y administrativas del establecimiento, so pena de indemnizar al preponente por los perjuicios causados.
Prohibiciones y Sanciones
Finalmente, el artículo 1339 detalla las prohibiciones para los factores, como negociar por cuenta propia sin autorización del preponente. En caso de infracción, el preponente tiene derecho a reclamar las utilidades obtenidas por el factor, sin asumir las pérdidas resultantes.
El contrato de preposición, aunque no es la única, es una herramienta poderosa en la administración empresarial, pero atañe responsabilidades legales significativas. Es necesario comprender sus implicaciones legales, dejar claro, responsabilidades y límites para garantizar una gestión eficiente.
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