La propagación del virus COVID-19 en lo corrido del año 2020 y el amplio número de personas infectadas en todo el mundo generó la intervención de los gobiernos para disminuir los impactos de la propagación, lo que desde entonces, ha incluido restricciones a la movilidad de las personas y limitaciones a algunas actividades económicas.
Dicha situación ha ido afectando además, a toda la cadena de producción y suministro de bienes y servicios. En general, la pandemia ha provocado un cambio significativo en la forma en la que se relacionan las personas entre sí, trayendo como consecuencia un cambio en los hábitos de consumo de la sociedad y un cambio en las relaciones económicas de los diferentes agentes que interactúan en los mercados, afectando así las decisiones económicas que toman los usuarios y la forma en la cual es generada dicha información.
Estas condiciones ponen a prueba la capacidad que tienen las normas contables de producir información financiera útil para la toma de decisiones por parte de una amplia gama de usuarios y de reflejar la situación económica de las entidades de forma razonable, un sistema normativo bien planeado y sustentado debe haber sido diseñado para que tanto en momentos de tempestad, como de calma, las normas sean lo suficientemente flexibles para reflejar los cambios abruptos en el entorno económico y en aquellos aspectos que afectan de manera directa a las entidades.
Las normas internacionales de información financiera, como estándares aceptados en la mayor parte del mundo, tienen en este momento el gran reto de no tornarse obsoletas en este nuevo entorno, de seguir produciendo información que responda a las expectativas también cambiantes de los usuarios para que los mercados sigan percibiendo como estándares de calidad. Es por esto que he destinado este espacio para analizar de manera muy corta y resumida los principales impactos que deben tener en cuenta los preparadores de información financiera como producto de los efectos del COVID 19.
Deterioro:
Tal vez uno de los efectos más inmediatos, es lo relacionado con el deterioro del valor de los activos. Existen indicadores reales de deterioro de fuentes externas relacionadas con la pandemia, tales como, cambios abruptos de las tasas de interés, cambios en los flujos de beneficios económicos esperados por la utilización de los activos e incertidumbres significativas sobre dichos flujos, lo que conlleva a que las compañías realicen las debidas pruebas del deterioro del valor de sus activos tales como intangibles, propiedad, planta y equipo, e inventarios.
Instrumentos financieros:
Con el aumento del riesgo de crédito de los instrumentos financieros y en el actual modelo de pérdida esperada para la medición del deterioro, las compañías deberán revaluar las expectativas de riesgos de impago por parte de los deudores y la pérdida que se espera como resultado del incumplimiento, lo cual seguramente aumentará los niveles de deterioro para el general de las compañías.
Valor razonable:
Como medición sujeta a las variables de mercado y al precio que estaría dispuesto un participante a pagar por adquirir un activo o liquidar un pasivo, el valor razonable es altamente sensible a las variables macroeconómicas, por tanto, todos los activos y pasivos tales como instrumentos financieros, inversiones en asociadas, propiedades, planta y equipos en los que la política involucra valor razonable, deberán ser revaluados al corte de los estados financieros.
Arrendamientos:
El modelo de reconocimiento contable de arrendamientos deberá tener en cuenta todas las modificaciones contractuales que han tenido los arrendamientos, tales como la reducción o el diferimiento de pagos, cambios en los plazos y demás.
Reconocimiento de ingresos:
La medición de las contraprestaciones variables, así como los descuentos adicionales en precios, devoluciones en ventas, reducción de descuentos por volumen o penalizaciones por retrasos en las entregas, serán los principales aspectos a tener en cuenta al determinar los impactos en los ingresos.
Subvenciones del gobierno:
Tanto en Colombia como en otros países, los gobiernos han reaccionado al impacto generado por el COVID 19 mediante apoyos específicos a algunos de los sectores más afectados, estas ayudas pueden ser clasificadas como ayudas públicas y tienen un tratamiento diferente en la información financiera.
Provisiones:
Las diferentes situaciones presentadas en materia legal, así como los planes de reestructuración de las compañías, pueden dar lugar al reconocimiento de provisiones en los estados financieros, o a la revelación de activos contingentes que pueden estar derivados de litigios.
Impuesto diferido:
Todas aquellas compañías que han registrado impuestos de renta activos por impuestos diferidos producto de pérdidas fiscales, deberán evaluar nuevamente si bajo las actuales condiciones los presupuestos de obtener las rentas futuras suficientes para compensar las pérdidas aún se mantienen, o por el contrario hay que hacer una corrección del valor por impuestos diferidos.
Negocio en marcha:
Finalmente, la hipótesis fundamental de empresa en funcionamiento, base sobre la cual se elaboran los estados financieros y que consiste en prepararlos sobre la presunción de que las compañías continuarán operando en el futuro previsible, deberá ser evaluada concienzudamente. Desafortunadamente la conclusión en algunos de los casos será que no se cumple con el principio y los administradores no tendrán otra alternativa más que descontinuar las operaciones.
Germán Navarro
Salary Partner Outsourcing Contable
Russell Bedford RBG