Hoy en día la ética profesional es necesaria para crear estrategias que permitan mejorar la administración de las organizaciones, en un entorno que tiene la particularidad de la influencia de la conectividad, la tecnología, las comunicaciones y la poca coacción que tiene la planificación controlada de distinguir entre el corto y largo plazo.
La superioridad en la innovación y el mando del cliente para establecer el éxito o malogro del producto final; conociendo que actualmente la inclinación de las compañías es aminorar los costos y aumentar los ingresos, teniendo en cuenta que en la toma de decisiones la ética es un factor principal asegurando la continuidad de la organización en el mercado con un alto nivel de competitividad, alineándose por los principios éticos del entorno. (Mulder & Ortiz, 2001).
La federación Internacional de Contadores (International Federation of Accountants) señala que la ética “impone la obligación a todos los profesionales de la contabilidad de cumplir las disposiciones legales y reglamentarias aplicables y de evitar cualquier actuación que el profesional de la contabilidad sabe, o debería saber, que puede desacreditar a la profesión” (IFAC, 2009, p.18).
Esto evidencia el compromiso profesional e implica que los trabajadores de la empresa deben tener la capacidad de asumir la responsabilidad y dar cumplimiento a los requerimientos propios de la contabilidad, reflejándose en el buen juicio, la honestidad, transparencia y sobre todo en el actuar ético al brindar información y conclusiones de los trabajos realizados.
Agregando a lo anterior, para conseguir un correcto desempeño de las actividades internas de la compañía, la ética y la contabilidad son imprescindibles ya que bien estructuradas pueden llegar a convertirse en una superioridad competitiva, estimulando el crecimiento de la organización, los trabajadores, el entorno y la sociedad en general, optimizando costos y logrando adentrarse efectivamente en la mente y en el corazón de los clientes de una forma exitosa, duradera y estable; ofreciéndoles un producto de calidad, transparente y puntual.
La ética y la contabilidad otorgan componentes que en conjunto con el trabajo en equipo, la tecnología, la innovación, la atención, el correcto uso de los recursos, el buen manejo de las oportunidades, el aprendizaje continuo, la generación de confianza mutua junto con el compromiso, aseguran el cumplimiento y logro de los objetivos en ambas partes, garantizando el crecimiento de las empresas. (Mina-Balanta, Serveleón, 2014).
Teniendo en cuenta que por lo general se realizan sentencias desde diferentes puntos de vista y niveles de conocimiento, en algunas circunstancias el individuo se niega a la oportunidad de aprender o adquirir los conocimientos del otro por egoísmo o falta de intención y ánimo. Estos comportamientos afectan a nivel personal y profesional dentro de la organización obstaculizando el desarrollo de los procesos; para disminuir esta carencia es preciso recalcar la importancia de la retroalimentación basada en la ética y la gestión contable viéndolo como un camino para que el idioma de la empresa sea igual para todos los colaboradores generando un ambiente de confianza cooperativa.
Por lo tanto, la confianza cooperativa se debe consolidar a nivel personal, profesional, laboral y social, encaminándose hacia el logro ético. En ocasiones se pierde la dirección por la incontrolable atracción al crecimiento económico fácil y rápido; pero se sabe que estos comportamientos pueden cambiar si se consigue que a nivel personal y en el entorno de las empresas, la ética sea vista como un instrumento fundamental en la gestión, que ayuda a la toma de decisiones.
Es necesario fortalecer en los colaboradores la necesidad de impulsar el intercambio de conocimiento.
Es necesario fortalecer en los colaboradores la necesidad de impulsar el intercambio de conocimiento y resaltar la importancia del trabajo en equipo, fortaleciendo la innovación, la capacidad de invención y el potencial humano para construir un futuro próspero; manteniendo la atención de todos los miembros de la compañía por hacer cada vez mejor sus labores, permitiéndose aceptar que los clientes internos y externos son el motivo de ser y siempre estarán del lado de quien les otorgue los mejores resultados y soluciones a sus necesidades.
Cabe recordar que el agradecimiento y reconocimiento del trabajo del otro son imprescindibles para el cumplimiento de metas que conllevan al éxito empresarial, ya que se genera voluntad laboral y los estados de ánimo de los colaboradores son capaces de alcanzar las metas propuestas, manteniéndose en un entorno con cambios constantes, dejando de lado el poder del producto y la calidad individual de las empresas, para pasar al predominio del cliente como sujeto y la calidad vista de manera colectiva, haciendo del recurso humano el bien más provechoso de las empresas. (Mina-Balanta, Serveleón, 2014).
Cuando se logra que la ética se transforme en un hábito y no en una obligación permite que el individuo pueda actuar de manera virtuosa aportando de manera positiva a sus relaciones personales y laborales, desempeñándose en un entorno que genera confianza engrandeciendo el desarrollo de sí mismo, la empresa y la sociedad en general. La ética aplicada en todos los ámbitos de la vida orienta al bienestar y la prosperidad, garantizando que sin importar los altibajos del presente, se proyecten y se construya bases para lograr un mejor futuro. (José Antonio Marina, 2000).
Diana Paola Prieto R
Junior Nómina
Russell Bedford RBG