El contexto global en materia económica, política y tecnológica ha sido sumamente cambiante en los últimos años y el mundo ha progresado sin pausa pese a los múltiples retos que se han presentado, cuya lista encabeza la recientemente superada pandemia del covid-19.
Desde entonces en el sector empresarial muchas empresas encontraron su fin, otras consiguieron mantenerse con vida y muchas otras vieron la luz en el Business Intelligence como solución a nuevos problemas encontrados por emprendedores o como alternativas de alta competitividad en mercados existentes.
Prueba de ello son las crecientes cifras de creación de nuevas empresas en época de pospandemia y las perspectivas a mediano plazo que publican, cada tanto, diferentes entidades, como Confecámaras a nivel nacional y UHY o el Foro Económico Mundial a nivel internacional. Los estudios coinciden, desde sus diferentes ópticas, en prever la constante evolución de los mercados y el consecuente crecimiento de la competitividad empresarial, todo ello con un desbocado desarrollo tecnológico como piedra angular, con lo cual la toma de decisiones basadas en datos clave para garantizar la sostenibilidad empresarial no es una prospectiva sino un hecho.
Sin embargo, actualmente vivimos el llamado “Big Bang de los datos”, en el que las personas y las organizaciones se sobreexponen o “intoxican” a diario mientras generan gigabytes y gigabytes de nueva información, lo que tiende a conducir, irónicamente en medio de la mayor disponibilidad de información de la historia, a abrumación y dificultad para tomar decisiones de valor.
Esta situación se ha venido fraguando aceleradamente con el crecimiento espectacular que ha tenido el volumen de datos digitales generados por la humanidad año tras año debido principalmente al crecimiento de internet, la digitalización de la información, el auge de las redes sociales y el uso masivo de dispositivos móviles.
Ante ello, el Business Intelligence o BI, como herramienta de gestión y toma de decisiones a partir de la visualización de datos, adquiere actualmente una relevancia invaluable para transformar el caos en claridad. En términos prácticos, la visualización de datos es el arte de representar información compleja a través de gráficos, tablas e infografías, permitiendo una comprensión más rápida y efectiva de los insights clave para ejecutar acciones en concordancia; mientras que el Business Intelligence es el conjunto de tecnologías y aplicaciones enfocadas en el ámbito empresarial que facilitan todo el proceso tras bambalinas para que la visualización de los datos no solo sea una realidad, sino que sea precisa y confiable.
Este proceso se conoce como análisis de datos y comprende su captura, almacenamiento, transformación, organización, exploración y modelado para lograr una comunicación efectiva.
Se trata de una herramienta transversal, ya que puede aplicarse en ventas, operaciones, contabilidad, recursos humanos o cualquier otra área, pero sugiere de fondo un cambio desde la gestión departamental de la información hacia una visión integral de la misma; lo que conducirá a perspectivas amplias, claras y precisas de la organización y su entorno y en tal marco facilitará la toma de decisiones estratégicas basadas en evidencia para minimizar ineficiencias, identificar problemas, detectar tendencias del mercado, impulsar el cambio y en conjunto maximizar el impacto de la organización; y para ello, el punto crucial donde entra en juego el Business Intelligence para diferenciar entre una organización movida por intuición, instinto o información incompleta y una impulsada por datos es precisamente la forma en que se toman las decisiones.
Una de las principales ventajas del Business Intelligence es su capacidad para presentar grandes volúmenes de datos de manera concisa y comprensible en tableros o dashboards, que son su resultado final; con lo que en lugar de revisar largos informes u hojas de cálculo, los líderes empresariales pueden acceder a paneles interactivos y gráficos dinámicos que resumen los datos más relevantes en tiempo real, lo que fomenta la colaboración y la comunicación efectiva entre equipos y departamentos.
Al compartir reportes o tableros, los colaboradores pueden alinear sus esfuerzos y trabajar hacia objetivos comunes, lo que a su vez promueve una cultura empresarial basada en datos y resultados.
La visualización de datos permite:
- En el ámbito de recursos humanos: Identificar tendencias en la rotación del personal, analizar el desempeño de los empleados y detectar oportunidades de desarrollo profesional, lo que contribuye a mejorar la retención de talento y la satisfacción laboral, aspectos críticos para el éxito empresarial a largo plazo.
- En ventas y marketing: Tener una visión detallada de las tendencias de ventas, el comportamiento del cliente y el rendimiento de campañas, con lo que los equipos pueden ajustar sus estrategias en tiempo real y optimizar su enfoque oportunamente para atraer a nuevos clientes y mejorar niveles de venta.
- En el ámbito operativo: Hacer supervisión y seguimiento eficientes de los procesos internos, permitiendo identificar cuellos de botella, mejorar la eficiencia y reducir costos al visualizar gráficamente el rendimiento de los sistemas y el flujo de trabajo.
- En el ámbito financiero: Monitorear indicadores de rentabilidad, cartera, obligaciones, etc., hacer control a presupuestos, verificar la transparencia de los registros en términos de tributación, entre otros.
La visualización de datos puede ser una herramienta valiosa para analizar y predecir tendencias futuras al aplicar técnicas de análisis predictivo a los datos históricos, gracias a lo cual las empresas pueden anticipar cambios en la demanda, detectar riesgos potenciales y prepararse para el futuro con mayor confianza.
Sin embargo, para que el Business Intelligence y todo el proceso de análisis de datos sea efectivo es fundamental contar con datos precisos y confiables; la calidad de los datos es la base de cualquier análisis y visualización exitosa, por lo que es fundamental garantizar la integridad y precisión de la información que alimente al sistema que se utilice para este fin.
Dicho lo anterior, es claro que el Business Intelligence es una poderosa herramienta para impulsar el éxito empresarial al facilitar la comprensión y comunicación de información compleja de manera efectiva y accesible, desde la toma de decisiones estratégicas hasta el diagnóstico en tiempo real, la mejora de procesos y el análisis de tendencias futuras. Una visualización de datos confiable y efectiva permite a las organizaciones navegar por el mundo empresarial con mayor claridad y confianza. Aquellas empresas que se atreven a dar el paso hacia la transformación tecnológica y aprovechan esta herramienta como parte integral de su cultura están mejor preparadas para enfrentar los desafíos y capitalizar las oportunidades que se presenten en el futuro.
Escrito por:
Anderson Leonardo Quimbayo Gómez
Analista de datos Desarrollo Digital