Uno de los modelos de asociatividad más simples y que más se ajusta a las características económicas de los países en desarrollo, y en especial en Colombia por el muy conocido carácter individualista de los empresarios, son las redes empresariales.
Las redes son un agrupamiento básico pero muy útil para iniciar el proceso de integración entre empresarios con características semejantes en aras de trabajar y avanzar en conjunto; éste trabajo inicial puede formar un tejido empresarial con grandes perspectivas para alcanzar procesos de mayor dinamismo en el largo plazo como los clusters, sirviendo como base de un componente sinérgico entre empresas y otras instituciones de apoyo para el desarrollo empresarial.
Una red empresarial según lo define la ONUDI en 1993 es “un grupo de empresas que colaboran en un proyecto conjunto, complementándose unas con otras y especializándose con el propósito de resolver problemas comunes, lograr eficiencia colectiva y conquistar mercados a los que no pueden acceder de manera individual” a esta definición podría agregarse un elemento fundamental que diferencia este tipo de iniciativas y es el reducido tamaño del grupo que varía entre 3 y 20 empresas para facilitar su gestión (siendo el ideal 10 para mantener poder de negociación y una toma de decisiones eficiente) y que cada una de las empresas es fácilmente independiente e identificable.
El modelo de red puede ser utilizado como una plataforma para sobrevivir, consolidarse, crecer o ingresar en nuevos mercados, siendo sus principales beneficios, las mejoras en el poder de negociación, mejoras en la competitividad, facilitar el acceso a servicios o prebendas que no serían posibles de manera individual, economías de escala, procesos de aprendizaje más rápido, el compartir costos, inducir a la especialización en ciertas tareas para hacerse más eficientes, acceso a actividades especializadas, facilitar trámites ante entidades, incursionar en nuevos modelos de negocio, acceder de manera efectiva a nuevos mercados, entre muchas otras.
Existen varias tipologías de redes, homogéneas o sin la existencia de un líder dentro del grupo; otras en las que existe un líder natural dentro del grupo, el cual es capaz de influenciar el resto de participantes; y otras en los que el líder o cohesionador de la red es independiente del funcionamiento de esta y que una vez se termine el proceso de formación dejará de formar parte del grupo inicial.
A pesar de las múltiples ventajas que pueden obtener las empresas integrándose o participando en iniciativas de asociatividad, estas rara vez se generan de manera espontánea, dadas varias condiciones adversas a esto innatas en la cultura ya sea el escepticismo de los empresarios, el celo de la información, o la simple falta de voluntad de invertir recursos en iniciativas de cooperación. Es necesario que surjan entidades o grupos de profesionales que fomenten y propendan por la formación de grupos de empresarios en aras de desarrollar el tejido empresarial de los países, especialmente en las economías en desarrollo, con unas características muy específicas como autonomía, estabilidad y permanencia en el tiempo, la especialización y dedicación a los temas de asociatividad y una autosostenibilidad que refuerce su independencia.
El objetivo fundamental de las entidades que promuevan la asociación, es generar confianza mutua entre los empresarios que se pretendan integrar, la confianza es el factor fundamental en cualquier iniciativa puesto que ningún empresario iniciará un proceso en el largo plazo si no tiene la certeza de la seriedad para cumplir con los compromisos pactados. En general las funciones están relacionadas con eliminar obstáculos, acelerar procesos de aprendizaje, absorber algunos costos, guiar procesos y servir de enlace entre el grupo de empresarios con las instituciones de gobierno y las demás entidades promotoras de desarrollo empresarial a nivel local.
Juan Camilo Gaviria
Gerente BPO
Russell Bedford RBG