El concepto de Valor Compartido ha cobrado importancia en los últimos años. Este se define como “las políticas y prácticas operacionales que mejoran la competitividad de una empresa mientras que simultáneamente mejoran las condiciones económicas y sociales de las comunidades donde ésta opera” (Porter & Kramer, Creating Shared Value, 2011, pág. 66).
Con esto se revalúa el concepto de generar utilidades en el corto plazo para solamente mejorar los indicadores de las empresas (Beschorner & Hajduk, 2015). Siendo así, no se trata de no impactar a las comunidades donde las empresas realizan sus actividades con las externalidades generadas por los procesos internos, sino generar una ventaja competitiva, mientras se comparten los beneficios y se refuerza con las comunidades en donde se asientan las empresas (Scholz & De Los Reyes, 2015). Ganar para mejorar optimizando las condiciones del entorno y que a su vez estas mejoras en las condiciones, la población que convive con la empresa potencia o brinde nuevas posibilidades de estabilidad, productividad y eficiencia para la empresa (Benedikt & Lütge, 2015).
En los últimos años, muchas empresas han adelantado estrategias encaminadas a desarrollar valor compartido que genere en las comunidades el poder mejorar, lo que a su vez ha generado un progreso global, lo que permite que se refuerce la posición de las mismas (Beschorner & Hajduk, 2015).
Según Porter y Kramer, existen tres formas de generar valor compartido: i) Reconcibiendo los productos y las marcas; ii) Redefiniendo la productividad en la cadena de valor; iii) Impulsando el desarrollo de clusters locales (Porter & Kramer, Creating Shared Value, 2011). En este sentido, cuando las empresas quieren mejorar su competitividad, pensando en generar un valor compartido, deben evaluar cuál de esos caminos es el que genera mayores beneficios para la empresa, pero también para sus Stakeholders (internos y externos).
Generar valor compartido no significa necesariamente incurrir en costos, simplemente se trata de mejorar un producto, un proceso, una forma de hacer las cosas, etc. Para mejorar la eficiencia en el uso de recursos, lo que a su vez puede mejorar el bienestar de alguien, y si ambos mejoran, existe la posibilidad de disminuir costos y mejorar productividad (Scholz & De Los Reyes, 2015).
En conclusión, el concepto de valor compartido se basa en pensar no solo en crecimiento y generación de utilidades en las empresas, sino también en el desarrollo de mejoras en alguno de los Stakeholders (internos o externos) que se ven influenciados por esta.
Juan Camilo Gaviría
Gerente BPO
Russell Bedford RBG